Comentarios sobre una charla de Shibata Sensei XX
“Los
occidentales tienen la tendencia a relacionarse con la meditación de una manera
severa, más bien rígida. Es mejor tener un buen equilibrio entre relajación y
precisión. Pero, en cualquier caso, un punto muy importante es cortar el
parloteo innecesario. Sería mejor tener un equilibrio entre hombres y mujeres,
“mitad y mitad”, pero es difícil conseguir ese equilibrio.
Debemos estar
orgullosos, todos nosotros, por ser practicantes de esta escuela de Kyudo: Heki
Ryu Bisshu Chikurin-ha Kyudo. Debemos tener el pecho abierto y estar de pie
erguidos y altos. Ser un practicante de Kyudo es ser como un yumi, derecho,
alto, abierto. Este es el Kyudo que me enseñaron, en una línea directa, desde
mi abuelo. Proviene de una era en que la gente estaba dispuesta a recorrer un
camino singular, paso a paso, y ver el progreso gradual de esa manera. Esta era
es diferente. La gente quiere muchos tipos diferentes de ideas. Pero, en cuanto
al Kyudo que se enseña aquí, buscar otros métodos diferentes no es útil.
No estoy
hablando simplemente de lo que se practica durante la clase aquí en el dojo,
sino de la tendencia de los estudiantes a buscar otras formas de Kyudo y buscar
información de otras fuentes para mejorar su práctica. No es un mero asunto de
la práctica dos días a la semana, sino de toda vuestra actitud ante el camino,
que debe ser un compromiso único a esta escuela y transmisión en particular. Si
buscáis otras enseñanzas de Kyudo en cualquier otro sitio estáis diluyendo y
debilitando mi habilidad para enseñaros directamente. Así que, si vais a
estudiar conmigo, debe haber un compromiso único hacia nuestra práctica de
Kyudo, y no hay más.
Si todos
vienen aquí con este tipo de corazón abierto, claro y sincero, entonces, yo
también puedo venir aquí con mi corazón y podemos estar juntos.
Shichido, gomi. Siete coordinaciones, cinco sabores. Eso es lo que estamos
trabajando aquí. No solamente la forma de shichido,
sino también gomi, los cinco sabores.”
Shibata
Sensei XX. 25/07/2013 en Zenko Iba (Boulder, Colorado)

Para Shibata Sensei XX el Kyudo era
meditación, meditación de pie, y siempre nos lo recordaba para que no
perdiéramos de vista ese enfoque singular, que le daba una profundidad y una
aplicación práctica a nuestra vida a la práctica del tiro con arco.
Nos recuerda al principio de la
charla que en occidente somos muy dados a tomarnos algunas cosas demasiado a la
tremenda, a ser demasiado rígidos con la práctica de la meditación, o con otras
cosas que estimamos son muy “profundas e importantes” para nuestra vida.
El equilibrio parece ser la clave
para todo en la vida. Equilibrio entre relajación y precisión, nos indica
Sensei, tenemos que ser precisos con la forma, pero sin perder esa relajación que
nos permite fluir con la forma para llegar más allá de la forma. Debemos
mantener la atención en los detalles, en la postura, en no realizar más que los
movimientos precisos y, a la vez, mantenernos relajados y conscientes de todo
el espacio, el exterior y el interior.
Cuando habla de “cortar el
parloteo innecesario”, creo que se puede aplicar tanto al parloteo exterior
como al interior. Cuando nos ponemos a hablar con los compañeros de práctica sobre
temas que no vienen al caso, o simplemente hablamos porque no podemos estar
callados, estamos perdiendo unos momentos preciosos que podríamos invertir
mucho mejor si prestáramos atención a las indicaciones del maestro a otros
estudiantes, o sencillamente nos mantuviéramos en silencio contemplando la
práctica de nuestros compañeros. Ese sería el parloteo exterior, pero también
nos encontramos a menudo con nuestro propio parloteo interior, nuestra
frenética actividad mental que no cesa ni siquiera cuando estamos practicando.
Me refiero a esa conversación que mantenemos con nosotros mismos, unas veces
para reprobarnos el que nos hemos olvidado de un paso o movimiento, otras para
alabarnos lo bien que lo estamos haciendo, y aún en otras ocasiones se nos va
la mente a otros asuntos que no tienen que ver con el Kyudo. De nuevo aquí,
debemos aplicar esa precisión para estar en lo que estamos, en el movimiento y
en el proceso, junto con la relajación necesaria para fluir con el momento,
estando presentes con cuerpo y mente, dejándonos descansar en el aquí y ahora,
dejando pasar los pensamientos que surjan.
Cuando habla del equilibrio entre
hombre y mujer, no creo que sea tan solo por una cuestión externa o estética,
más bien por las diferentes energías que manifestamos cada uno. Parece que el
hombre suele ser más rígido y la mujer más flexible, precisión y relajación que
comentaba al principio. Energías diferentes pero complementarias, ambas
necesarias para mantener el equilibrio en un grupo y en la vida. Pero, además
de ese equilibrio en el grupo, también dentro de nosotros, tanto hombres como
mujeres, podemos buscar y encontrar ese equilibrio de energías masculinas y femeninas,
para no ser demasiado duros con nosotros mismos y nuestra práctica, y tampoco
caer en el abandono de que “todo vale”.
Realmente me siento orgulloso, y
muy afortunado, de haber podido recibir esta enseñanza del Kyudo de Shibata
Sensei XX, de esta escuela Heki Ryu Bisshu Chikurin-ha, que ha mantenido ese
enfoque contemplativo del tiro con arco, convirtiéndolo en todo un camino de
meditación en acción, de desarrollo personal a un nivel muy profundo y que
afecta todos los aspectos de nuestra vida. Sensei nos enseñó que el Kyudo no
era solamente lo que practicábamos con el arco y la flecha, sino todo lo que
hacíamos en nuestra vida. Kyudo es cómo nos comportamos con nuestros
semejantes, cómo nos tratamos a nosotros mismos, cómo vivimos nuestra vida: con
el pecho abierto, erguidos, presentes, sensibles y fuertes.
Si buscamos en otras escuelas, en
otros maestros, para perfeccionar nuestra técnica, para saber más, estamos
perdiendo de vista el enfoque fundamental de nuestra escuela que es el corazón.
La técnica no es lo más importante, sino mantener un corazón abierto, sincero y
vulnerable. Hay otras escuelas, con otros estilos y práctica que no son mejores
ni peores, simplemente son diferentes. Pero para poder recibir una enseñanza y
recorrer un camino de una manera auténtica, que nos ayude a ser mejores
personas y avanzar por ese conocimiento interno y profundo del universo en el
que vivimos, no podemos hacer un cóctel a nuestro gusto, cogiendo ingredientes
por aquí y por allá, que normalmente van a ser los que más satisfagan a nuestro
ego, pues eso diluiría el poder y el efecto de la enseñanza original. Por eso
es necesario un compromiso personal con el camino, mantener una actitud y un
corazón abierto y sincero, dispuestos a entregarnos al proceso de recorrer el
camino, a perder nuestras expectativas y nuestros miedos.
Tenemos que aprender y practicar
las Siete Coordinaciones (Shichido) para trabajar nuestro cuerpo y pulir la
técnica, para poder dejar espacio en nuestro interior y desarrollar la
sensibilidad de saborear Los Cinco Sabores (Gomi), una experiencia interior y
personal.
Aprovechemos la fortuna de haber
conocido estas enseñanzas y poder practicarlas, rindamos un homenaje a Shibata
Sensei XX llevando los principios y la actitud del Kyudo a cada aspecto de
nuestra vida. Mantengamos un corazón abierto y digno de confianza.
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