KYUDO Y CALMA
En
la práctica del Kyudo entrenamos nuestra mente y nuestro corazón. Aprendemos a
centrar nuestra atención y abrir nuestra conciencia. A soltar expectativas y
abrir el corazón a la experiencia, sea cual sea.
En
muchos momentos, como por ejemplo el que estamos viviendo estos días con una pandemia
extendiéndose por el mundo, la experiencia no es la que esperábamos, ni la que
desearíamos tener, pero es lo que hay en este preciso momento. Es la
experiencia que la vida nos ofrece aquí y ahora, no solo de forma individual
sino de una manera colectiva, una experiencia compartida por millones de seres
humanos.
El
Camino del Arco nos hace recorrer muy distintos paisajes, desde los más
apacibles y hermosos, hasta los más crispantes y desconocidos. Pero, para
seguir avanzando por nuestro camino, debemos seguir abiertos a la experiencia,
sea cual sea. Con una mente en calma y un corazón abierto.
Como decía mi maestro, Shibata Sensei
XX, “Kyudo no es solo tirar, es todo lo
que hacemos en nuestra vida”. Kyudo es cómo nos comportamos con los demás,
cómo hablamos, y cómo nos relacionamos con el mundo en general.
En
estos momentos extraños, inesperados, no deseados, es cuando más debemos recordar
sus palabras, y observar nuestros actos, nuestros pensamientos, y nuestros
sentimientos. En estos momentos de inseguridad, de preocupación, incluso de enfado,
es cuando más debemos recordar nuestra práctica, la experiencia de tener el
yumi y el ya entre las manos, deslizándonos por la zona de tiro dispuestos a
enfrentarnos con el mato, con nuestra propia mente. Dispuestos a vernos cara a
cara con nuestras expectativas y con nuestros temores.
Recordemos
esa experiencia de cada tiro. Issha. “Un tiro, una vida”. Volvamos a saborear
ese instante de pura experiencia, en el que no hay tiempo ni lugar, solo presencia
y un espacio infinito en el que se abre tu corazón. Esa profunda calma que no
depende de nada, ni de las circunstancias ni del entorno, que simplemente
existe en nuestro interior.
Ahora
es el momento en el que debemos mantener nuestro sitio, con calma, con
elegancia, con apertura, y con valor. Sin cerrar los ojos ni el corazón. Aquí y
ahora. Con lo que hay. Con lo que la vida nos presenta estos días. Seamos
ejemplos de guerreros conscientes. Seamos un oasis de calma en medio de la
confusión y el miedo que estos días se extienden por el mundo.
El
futuro siempre es incierto. Nosotros hacemos planes y la vida, muy a menudo,
tiene otros planes para nosotros. Así es la vida. Así es el mundo, y debemos
comprenderlo, y aceptarlo, aunque no nos guste.
Hace poco más de una semana estábamos
practicando juntos en Almería. Muchos estábamos ya deseando volver a vernos y
practicar juntos el próximo mes. El curso de Semana Santa era una cita muy
esperada para poder practicar durante cuatro días. Para volvernos a encontrar
en familia, para volver a vernos tras un mes o un año sin compartir esos
preciosos momentos de práctica.
Como
dicen que la esperanza es lo último que se pierde, no he cancelado aún el
curso, esperando a ver cómo evolucionan las cosas los próximos días,
manteniendo esa cita, y la ilusión de volver a estar juntos, como si fuera un
faro en la oscuridad que estamos viviendo. No perdamos de vista nuestro
propósito, no perdamos la calma, ni la ilusión. ¿Quién sabe realmente lo que
puede ocurrir mañana?
De
cualquier forma, nos volvamos a ver en abril, en mayo, o en junio, podemos
seguir practicando Kyudo, podemos seguir recordando los momentos vividos, la
experiencia de practicar, el sentimiento de compartir nuestros corazones
abiertos y la belleza de la práctica. Aunque no nos veamos las caras, podemos
seguir sintiéndonos juntos, porque realmente lo estamos, todos estamos
interconectados, aunque no veamos los vínculos que nos unen. Y siempre podemos
apreciar la fortuna de haber encontrado este Camino del Arco, que nos ha unido
para siempre.
Así
que, mantengamos la mente en calma y el corazón abierto. Mantengamos la ilusión
de volver a practicar juntos, y la paciencia para esperar el momento en que
podamos hacerlo de nuevo, que espero sea pronto.
Un abrazo a todos desde lo más profundo
de mi corazón, que sabéis siempre está con vosotros.
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