COMPRENDER EL KYUDO


La correcta expresión del tiro es lo que le da forma al kyudo y evita que sea solamente una idea incorpórea. Al mismo tiempo, parte del aprendizaje de cómo hacer cualquier cosa que tenga una expresión concreta en forma física es practicarla con la intención y el espíritu correcto. Entonces, las formas adquieren significado y se convierten en la expresión de las ideas subyacentes que las animan. Por tanto, debes basar tu práctica en una comprensión que te ayudará a enfocar tus energías en practicar correctamente kyudo. Puedes así visualizar e internalizar el espíritu del kyudo y expresarlo a través de la acción.

La comprensión de la verdad esencial del kyudo se hace a través de la unión de la mente, el corazón, el cuerpo, y el arco, dejando de ser elementos separados para convertirse en una armoniosa unidad. Para esta unificación en armonía, necesitamos una mente en calma, un cuerpo estable y relajado, y una técnica bien pulida.

Una mente en calma es una mente pura, libre de vanos pensamientos y engaños que interfieran con la claridad y el fluir de la mente, que permita que se manifieste la profundidad del espíritu y la esencia de un corazón abierto. Un cuerpo estable y relajado es el que dirige una mente clara y un espíritu sincero, que es capaz de moverse de forma natural y a la vez consciente, lo que asegura la ejecución de una técnica precisa y bien pulida.

Esta unificación de mente-corazón, cuerpo, y arco, no sólo lleva a perfeccionar la técnica del tiro, sino también a que se manifieste la virtud, o la esencia, del arquero que practica kyudo de esta manera. Por eso, esta unificación es la base para una expresión verdadera y natural de dos elementos fundamentales del kyudo: el tiro y la cortesía. Según la filosofía del kyudo, es esto lo que da como resultado tanto un tiro correcto como también el desarrollo de un carácter virtuoso y auténtico que se expresa en todos los aspectos de tu vida.

Este concepto, además de como “mente, cuerpo y arco”, también se expresa en ocasiones como “mente, corazón y técnica”, o “mente, espíritu y técnica”. Pero todas ellas son diferentes formas de referirse a la necesidad de integrar armoniosamente todos los elementos que interactúan en este arte: la mente que dirige el cuerpo, el cuerpo que manipula el arco, y la técnica a través de la cual se utiliza el arco correctamente.

Cuando hablamos de una mente en calma ¿qué queremos realmente decir? En el kyudo, hay ciertos obstáculos psicológicos que son como barreras que impiden progresar en el camino, que enturbian la mente y el corazón. Se les suele llamar “las Siete Barreras” o “las Siete Corrupciones”, y son las siguientes:
  1. Felicidad
  2. Enfado
  3. Inquietud
  4. Expectativa
  5. Tristeza
  6. Miedo
  7. Sorpresa

 Todos estos sentimientos y pensamientos, que surgen en la mente durante el proceso del tiro, afectan adversamente al cuerpo y al espíritu enturbiando el tiro. Estos sentimientos son sólo el resultado de nuestros deseos y obsesiones, que aparecen en nuestra mente por el valor que le damos a las cosas externas. No es algo inherente a nada en concreto, no son más que nuestro bagaje psicológico que nos traemos con nosotros a la práctica. Así que, para tener una mente clara y en calma, debemos esforzarnos en librarnos de estas corrupciones, de estas barreras que nos impiden seguir avanzando por el Camino del Arco. Cuando tenemos una mente clara, sin contaminar por los vanos apegos, nuestro cuerpo es firme, estable, y está lleno de energía y vitalidad. Entonces podemos mantener el arco en la mano de manera que se puede expresar libremente a través de la técnica correcta.

Para alcanzar esa unificación de los tres principios, se necesita practicar diligentemente, esforzándose para superar las propias debilidades, mentales, espirituales, y físicas. Sin ese esfuerzo, no podemos conseguir una mente en calma y un corazón auténtico y abierto, y, por tanto, tampoco un cuerpo que exprese correctamente un tiro auténtico y sincero. Por eso, alcanzar esa unificación supone haber pasado por un proceso en el que, a través de una práctica incesante durante muchos años, se han eliminado esas corrupciones de la mente y el corazón que contaminaban el tiro.

Cuando se purifican de esta manera la mente y el corazón, de forma natural se hacen auténticos y sinceros, permitiéndonos relacionarnos con la vida y con el tiro de una manera clara y sin prejuicios, para alcanzar el tiro ideal, auténtico y de corazón. Cuando eres capaz de verte a ti mismo con claridad a través del tiro, también puedes ver claramente toda tu vida. Cuando tienes esa mente y ese corazón, puedes expresar los principios del kyudo de verdad, bondad, y belleza, de una manera natural y totalmente verdadera. Cuando eres capaz de expresar esos tres principios de esta forma, tanto en tus tiros como en tu vida, entonces tienes esa presencia auténtica, noble y digna, del tiro.

Pero esta dignidad y nobleza en el tiro no significa que solamente practiquemos para ser más hábiles en dar al blanco, porque no se pueden conseguir si no practicas de manera que entrenes también tu mente, y abras tu corazón, al mismo tiempo que perfeccionas la técnica con tu cuerpo. Si entrenas adecuadamente tu mente y tu espíritu, esto conducirá de forma natural a desarrollar tu carácter. Cuando puedas expresar tu sinceridad y fortaleza de carácter a través de todo el proceso del tiro, que está formado por un equilibrio armonioso de la técnica correctamente expresada junto con las adecuadas formas del ritual y etiqueta, se verá un tiro en perfecta armonía, preciso y equilibrado a la vez que hermoso. Se dice que a través del tiro se hará evidente la virtud del tirador.

Conseguir la unificación de los tres principios de mente, corazón, y técnica, se considera el resultado de una adecuada práctica de kyudo que contiene todos los elementos necesarios, los que te entrenan en la técnica de tiro y también aquellos que entrenan tu mente, tu espíritu, y tu carácter. Esa unificación es la expresión ideal a través del tiro de todos los elementos esenciales del kyudo, que surge de una comprensión del kyudo mucho más profunda que meramente de haber perfeccionado la técnica del tiro. La comprensión del kyudo surge de lo más profundo de tu ser, cuando dejas de ser tú tirando una flecha para disolverte en el proceso del tiro sin miedo ni expectativas.



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