Kyudo, el Arte Japonés del Tiro con Arco: una Profunda Experiencia
El Kyudo, el Camino del Arco, es un camino de autodescubrimiento que requiere compromiso y dedicación. En este antiguo arte japonés, la calma mental y la claridad no se desarrollan espontáneamente de una manera pasiva; se forjan a través de determinación y voluntad, superando los límites físicos y mentales de cada uno.
El Camino que une el Corazón y la Técnica
En el Kyudo, cuando estamos a punto de tirar y llegamos al
momento de máxima tensión (kai), debemos sumergirnos completamente en ese
instante presente, sintiendo la concentración de energía antes de ser liberada,
sin dejar espacio para distracciones ni preocupaciones. Esta inmersión total
exige coraje, para poder así realizar un tiro auténtico y sin reservas, porque sin
ese esfuerzo de permanecer presente y a la vez abierto a la experiencia, el
Kyudo seguirá siendo algo incomprensible. Porque es justo en medio de esa
aparente lucha, cuando llegaremos a vislumbrar nuestra verdadera esencia,
alcanzando una mente clara y serena.
La Fusión de la Técnica y el Espíritu
El Encuentro y la Separación en el Kyudo
En “kai”, el momento de máxima tensión, es donde el
espíritu y la técnica se fusionan, y salta la chispa que da paso a la suelta (hanare),
la separación. En ese instante, los pensamientos desaparecen, y llegamos al
estado del Vacío del No Pensamiento. Este Vacío es el que da lugar al “hanare”,
donde el Uno se convierte en Nada (mu), regresando a la Gran Armonía. Al
entrar en “mu” nos liberamos de las ataduras del pasado, y la clara luz de
tu ser resplandece sin filtros, como si fuera el mismo momento de tu nacimiento.
Al zambullirnos en el Vacío absoluto a través del tiro, lo
escaso renace como abundancia, la pereza como diligencia y la debilidad como
fuerza. El Kyudo purifica la mente y el espíritu, en un proceso enigmático
similar al de las prácticas Zen y Shinto. Aunque sea muy difícil poner en
palabras lo que es pura experiencia, se intenta señalar una verdad fundamental
del Kyudo que vale la pena perseguir, incluso si no logramos alcanzarla por
completo.
Un Tiro, una Vida
En el Kyudo utilizamos a veces la frase "un tiro, una
vida", expresando, entre otras cosas, que cada tiro implica la entrega
total de mente, cuerpo y espíritu. Al tirar con todo nuestro ser,
trascendemos las ataduras y quimeras, alcanzando el estado de mente pura (makoto).
En ese instante, la mente pura percibe intuitivamente la esencia sin
distorsiones del tiro. Como un destello de relámpago, las distancias y
diferencias desaparecen en un momento en el que cuerpo y mente alcanzan la
máxima tensión y equilibrio.
La Flor del Kyudo: Zanshin
Resumiéndolo mucho, podríamos decir que el Kyudo es mucho
más que técnica y habilidad física; es una profunda experiencia que va más allá
de las palabras y que impregna toda la vida de quien lo practica de manera
auténtica y sincera.
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